domingo, 25 de abril de 2010

LA REVISIÓN DEL PLAN NAVARRA 2012

por Juan Antonio Sainz, Rafael Macua y Juan Cruz Osés, En representación de los agricultores afectados - Miércoles, 7 de Abril de 2010

A lo largo de estas semanas UPN y PSOE se reúnen y trabajan para decidir qué proyectos del tan nombrado Plan Navarra 2012 siguen para adelante y cuáles se quedan en el camino, ya que con la crisis económica que estamos viviendo no hay dinero para todo, o mejor dicho, no hay dinero para casi nada.

Entre los proyectos prioritarios de dicho plan está la creación de una zona regable en Tierra Estella, una faraónica obra presupuestada en 137 millones de euros, que va a crear en Allo y Dicastillo un pantano de 450 hectáreas, con una presa de 28 metros de altura para convertir en regadío unas 7.000 Ha de los municipios ubicados en el Piedemonte Sur de Montejurra.

Entre 2000 y 2003 ayuntamientos de la comarca solicitaron la creación de una zona regable aprovechando la favorable coyuntura de la construcción del Canal de Navarra-Itoiz, pero el tiempo ha pasado, y de qué manera, y las circunstancias han cambiado.

¿Cómo funcionaría el sistema? Los agricultores pagan por el agua utilizada y además un canon fijo para amortizar las obras y costear el mantenimiento de las mismas. ¿A qué precio? No se sabe oficialmente, pero seguro que a un coste imposible de mantener cuando los precios y la renta disponible en el campo navarro están en niveles de los años ochenta del pasado siglo. ¿A quién se pagaría? ¿Al Gobierno Foral? No, a la empresa adjudicataria que lo tendría en concesión un número determinado de años. ¿Se ha preguntado a agricultores y propietarios si en las actuales circunstancias quieren el regadío? No, a pesar de una resolución del Defensor del Pueblo de Navarra instando al Gobierno Foral para que lo haga.

Por lo que respecta a la viabilidad del proyecto, se quiere instalar la presa en la zona de más insolación y, por tanto, de mayor evaporación. Se debe bombear agua del Ega y se crea una balsa en cota más alta; se ha modificado el inventario de aves esteparias 2007 y de pronto los pájaros desaparecen de esa zona y la misma pasa a ser regable. Y un largo etcétera de supuestas actuaciones irregulares en todo el proceso como ya ha sido denunciado a la Comisaría de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Ebro.

En condiciones sostenibles, el agua es vida y futuro pero no a costa de la muerte del presente

Pero la pregunta final ya la enunciaron los romanos: ¿Qui prodest? ¿A quién beneficia? Sin duda a la empresa concesionaria de la explotación que tiene un margen de beneficio importante y a largo plazo por el cobro del agua utilizada, por las amortizaciones de las obras y por el mantenimiento de las mismas.

¿Qué deben hacer los agricultores a los que no compense el regadío con las mejoras realizadas en las fincas, con la maquinaria, con el conocimiento de su actual trabajo, en definitiva, con la tierra de su propiedad? Según un folleto editado por Riegos de Navarra SA -empresa del Gobierno de Navarra- a la pregunta de qué hacer si no se quiere el regadío dan, entre otras, alternativas tan ocurrentes como traspasar las tierras a terceros. También las podríamos regalar, naturalmente.

Desde la Consejería casi se nos reprocha que rechacemos dinero público para una obra que sería beneficiosa para todos. Pero han acometido el proyecto diez años después de las peticiones municipales y las circunstancias, insistimos, han cambiado. Se proponía aprovechar el agua del Canal de Navarra en unas condiciones de infraestructuras y de inversión radicalmente diferentes al proyecto actual. Una buena idea de 2000 puede ser una pesadilla en 2010, sobre todo, si se intenta imponer con procedimientos, cuando menos, irregulares. Esta propuesta de regadío no beneficia a los agricultores, porque es un agua cara y con un mantenimiento más caro aún. Les queda el pago de un oneroso canon de por vida, cultiven o no las fincas. A quien seguro beneficiará ese dinero público de los navarros -como ya hemos señalado- es a la empresa adjudicataria de la concesión que abriendo los contadores y cobrando el canon le dará igual el tipo de cultivo, sus precios, la climatología, y todos los pájaros de la Merindad.

¿Qué dicen ahora los ayuntamientos afectados? ¿Y los partidos políticos que nos representan? ¿Y los sindicatos agrarios a los que una gran mayoría de agricultores están afiliados o son afines? Porque esta protesta social es transversal, están en ella agricultores grandes, medianos y pequeños; de todas las tendencias políticas; de todas las localidades afectadas.

En un espacio electoral tan reducido demográficamente como el navarro, el empecinamiento en un error de amplio espectro social te puede situar fuera, no ya de los ámbitos municipales, sino de las mayorías en el propio Parlamento Foral. Seguro que esa no es la intención de la Consejería de Desarrollo Rural y Medio Ambiente y de su actual responsable que reúne además tres cualidades que habrán alertado su olfato político: ex sindicalista agraria, ex alcaldesa y ahora consejera.

En condiciones sostenibles, el agua es vida y futuro pero no a costa de la muerte del presente.

Reflexión final: tal vez este momento de contención del gasto público, de reflexión ante el futuro de todos los navarros y corrección del Plan Navarra 2012 sea el propicio para desechar de una vez por todas este proyecto que tanta oposición y malestar ha creado en el Sur de Montejurra.

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